8 Ventajas y 4 Beneficios de la Labranza Mínima para realizar en un terreno

La Labranza Mínima y la labranza cero tienden a ser muy parecidas ya que la tierra no se labra, o se labra muy poco antes de la siembra; por eso por muchos autores y productores este método es llamado también siembra directa. Este enfoque se ha venido perfeccionando en los últimos años, llegando a desarrollarse en grandes extensiones en Sur América e introduciendo importantes cambios tecnológicos en Asia.

Algo importante que resaltar de la labranza mínima es que el rubro a implementar puede ser sembrado inmediatamente después de que el cultivo anterior haya sido cosechado y, por lo general, en el momento más próximo al óptimo de la siembra. Esto no es factible con la labranza convencional ya que esta demanda más tiempo. Por lo tanto, la siembra directa es adecuada para aquellas regiones en las cuales se realiza la rotación de cultivos en el mismo campo y en el mismo año.

La labranza mínima, además de minimizar el período entre dos cultivos, también puede ser más económica que la convencional. Usando el sistema de labranza mínima la tierra puede ser labrada y sembrada en una sola operación.Tractor con Surcadores

8 Ventajas de la Labranza Mínima

  1. Drenaje rápido del agua de riego de la superficie de la cama, que evita los efectos perjudiciales de la formación de charcos e inundación.
  2. Evita la desoxigenación de la parte superior de la zona radicular por largos espacios de tiempo.
  3. Permite un rápido acceso a la superficie de la cama después del riego para hacer trabajos mecanizados o manuales.
  4. Un riego pre-siembra seguido por la limpieza de las malezas emergidas minimiza el uso de herbicidas.
  5. El cómodo acceso de la maquinaria sin que compacte el suelo, permite el abonado nitrogenado en bandas en la etapa del primer nudo o más tarde. Significando que una mayor parte del nitrógeno será usado en la producción de grano y que se perderá menos con el agua de riego por lixiviación o evaporado.
  6. Un mejor ambiente para el crecimiento de las plántulas, implicará en una menor competencia por parte de las malezas y mejor oxigenación de las raíces, por lo que se puede usar densidades de semillas más bajas dependiendo el cultivo. Esto puede proporcionar la adopción del uso de híbridos.
  7. Las semillas pueden sembrarse a menor profundidad dando lugar a una emergencia de las plántulas más rápida, a una cobertura total del suelo más temprana y a una mejor interceptación de la radiación solar.
  8. Los residuos de los cultivos pueden dejarse en los surcos para su estabilización. Los sistemas de labranza mínima pueden ser más rentables en un sistema que use camas; por lo tanto puede ser más rentable ya que se reducen los costos de los insumos sin penalizar los rendimientos.

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Algunos datos Importantes para resaltar sobre la labranza mínima.

La Labranzas Minima tiene la prioridad de proteger el suelo y con las labranzas conservacionistas esto se logra sin demasiados esfuerzos. Además, su utilización mejora la economía del agua en el sistema, lo que hace que su utilización sea altamente recomendable, especialmente para cultivos cuyo ciclo coincida con posibles períodos de déficit hídrico.

El sistema de labranza mínima altera muy poco el suelo. Este trabajo consiste en abrir en el suelo, con máquina o manualmente, un pequeño surco en donde se coloca la semilla. Fuera de esta abertura, el suelo no sufre ninguna variación y prácticamente la mayor parte del resto de la cosecha anterior queda en la superficie.

La mayoría de los investigadores consideran que la labranza de conservación es como cualquier sistema que deja un 30% o más de cobertura de residuos después de sembrar. Los diferentes tipos incluyen labranza mínima, arado con cincel, cero labranza, surco de plantas y la labranza de conversión. Cuando estos sistemas se aplican exitosamente pueden reducir el consumo de energía y controlar eficazmente la erosión.

La producción de cultivos que usan métodos de no labranza, han demostrado que disminuyen los insumos de energía y material y, quizás lo más importante, reducen la erosión del suelo. Los sistemas de no labranza también mejoran el itinerario y planificación de las operaciones sirviendo como paliativo ante varias restricciones de tipo meteorológico.Suelo con restos de Cultivo

Los Beneficios para el Ahorro de Energía en la Labranza Minima

En muchos sistemas sin labranza se necesita menos energía para las operaciones de labranza.

  1. Mínimo consumo de combustible debido a las reducidas operaciones agrícolas,
  2. Poca necesidad de tiempo y mano de obra,
  3. Alta posibilidad de duplicar los cultivos y
  4. Pequeña inversión en maquinaria agrícola.

Pese a algunas actividades como el elevado empleo de herbicidas, uso de semillas y equipo exigen más energía. Dado que se elimina el arado, y otros procedimientos sobre el suelo, estos sistemas dan por resultado, disminuciones del 30% al 75% en combustible para las operaciones de labranza. Sin embargo, las exigencias de uso adicional de herbicidas, en sistemas sin labranza, pueden contrarrestar algunas de estas ganancias.

Algunos ensayos señalan que los restos de cultivos dejados en la superficie, en el primer año después del acogimiento del sistema sin labranza, harán una gran demanda de nitrógeno logrando causar al menos, una baja en la disponibilidad de nitrógeno. Sin embargo, cuando se ha utilizado la Labranza Minima durante varios años, este sistema se equilibra y la disponibilidad de nitrógeno no es tan diferente a la de la labranza convencional.

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En el sistema sin labranza existe, en general, un aumento de nitrógeno orgánico en la capa más superficial del suelo de 0 a 5 cm. Además contrastado con el sistema convencional, el sistema sin labranza parece tener la misma o mayor disponibilidad de fósforo, sin tener en cuenta si el fertilizante se aplicó en franja o al voleo.

Al no hacerse labranza, este fenómeno se manifiesta a pesar del hecho de que el fósforo esparcido al voleo es acumulado en el primer centímetro del suelo, debido a la falta de incorporación y movimiento a través del perfil de éste.

Los residuos en la superficie permiten, posiblemente, una humedad suficiente para el crecimiento de las raíces y la captación de los nutrientes fosfóricos. En este tipo de sistema, existe un desacuerdo acerca de la disponibilidad de potasio.

El sistema sin labranza puede causar muy pocas alteraciones al suelo. La maniobra de siembra y labranza de una sola pasada, surca un canal de aproximadamente 5 cm de ancho para la ubicación de la semilla. El canal que se abre la mayor parte de las veces con una cuchilla acanalada ubicada en la punta de la unidad de plantío. Con un suelo no disturbado más del 95% del residuo queda en la superficie.

La producción de los cultivos que usan métodos de no labranza, han confirmado que disminuyen los insumos de energía y material y, tal vez lo más importante, reducen la erosión del suelo. En la Labranza Minima o sistema de no labranza también se mejoran el itinerario y planificación de las operaciones sirviendo como moderador ante varias restricciones de tipo meteorológico.

Con este sistema de Labranza Mínima, los residuos de cultivos anteriores no incorporados de la planta, se dejan luego de la cosecha en el suelo y permaneciendo en su superficie, así, lo más brusco posible. Cuando estos sistemas se aplican exitosamente pueden reducir el consumo de energía y controlar eficazmente la erosión.

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