4 Pasos Sencillos Para Hacer Un Aspersor De Riego Casero
Un Aspersor De Riego es un dispositivo mecánico que en la mayoría de los casos transforma un flujo líquido presurizado y lo transforma en rocío, asperjándolo para fines de riego. Permite ajustar lo potencia y la orientación del riego, asegurando que llega por igual a todo el terreno.
Es susceptible de ser usado tanto en terrenos llanos como en zonas con elevaciones o depresiones del terreno. Por otro lado, el consumo de agua necesario es menor que en otros tipos de riego, por ejemplo en el caso del riego por surcos.
La potencia de las mangueras de aspersión permite que el agua llegue a más distancia y que sean necesarias menos salidas de riego para llegar a todo el terreno.
La presión del agua no es grande por lo que a pesar de entrar en contacto directo con plantas o vegetales, no causa ningún tipo de daño en ellas. Además, la cantidad de agua y la presión del agua de las mangueras se pueden ajustar fácilmente según las necesidades del terreno.
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A pesar de que el agua sale con más presión, esta se deposita suave y uniformemente sobre el terreno, es decir, no llega a las plantas con presión suficiente como para causar daños en ellas.
Con el paso del tiempo se han desarrollado diversos dispositivos que ayudan a optimizar el uso de los recursos y a mejorar el rendimiento de la producción agrícola.
Los aspersores también conocidos como boquillas o emisores, son dispositivos que se encargan de transformar un líquido en una fina capa de gotas muy similar a la lluvia.
Estos mecanismos llevan a cabo su trabajo mediante el paso del agua y/o los nutrientes, los cuales salen a presión a través de un orificio denominado boquilla, esta característica permite regular las dosis de los riegos, además da la posibilidad de aplicar fertilizantes y soluciones minerales.
Importancia De Usar Aspersor De Riego
Estos dispositivos son una forma de irrigación superficial que permite la aplicación de agua de forma localizada sobre o entre las plantas, por lo tanto ayuda a que ésta caiga de manera directa, uniforme y constante.
Inclusive hacen llegar la cantidad de agua necesaria a las plantas sin importar su ubicación, ya que los aspersores hacen que el agua se eleve y caiga en forma de brisa, la cual además de cubrir los requerimientos de los cultivos, tiene la capacidad de mantener una humedad constante y una temperatura adecuada.
Es importante mencionar que los aspersores no permiten que el agua se encharque o produzca estancamientos, ya que su riego es sumamente uniforme y suficiente para cada producción; además, este sistema puede actuar por determinadas horas al día o apagarse dependiendo de las necesidades de cada productor o de las plantas.
Se recomienda incluirlos en los sistemas de riego para cultivos jóvenes y para riegos destinados a la germinación y producción de plántulas, ya que al producir una neblina muy suave no generan ningún tipo de daño a las especies vegetales. Asimismo, se pueden implementar para regar jardines, plantas de ornato, flores, árboles y también para incluirlos en cultivos hidropónicos y dentro del invernadero.
Inconvenientes Del Riesgo Por Aspersión
Se necesita estudiar bien la colocación de los aspersores, ya que una mala situación puede provocar gasto excesivo de agua, y un exceso o defecto de riego en determinadas zonas.
Por ejemplo, cuando dos aspersores lanzan agua en una misma dirección, o cuando algún aspersor malgasta agua “regando” las paredes” o la potencia del agua llega hasta fuera del terreno. Por otro lado, necesita menos agua que el riego por surcos pero más que para el riego por goteo.
No riega únicamente las raíces, sino que moja por completo el resto de la planta, hecho que puede provocar enfermedades en la planta.
La instalación de estos sistemas está al alcance de cualquiera ya que consiste en ensamblar una serie de tuberías y aspersores que encajan entre sí como las piezas de un mecano. Antes se debe diseñar el recorrido sobre un plano del jardín y calcular el radio de acción de cada elemento para distribuirlos de forma que no se solapen. Para ello, es imprescindible conocer el caudal y la presión del agua disponible en la parcela.
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4 Pasos Sencillos Para Hacer Un Aspersor De Riego Casero
Antes De explicarte estos fáciles pasos para realizar un aspersor de riego es importante que conozcas los tipos de riegos que existen. Hay tres sistemas: aspersión, goteo y exudación; su eficacia depende también de tres factores principales: la composición del suelo, el trazado del jardín y el tipo de plantas que hay en él: hierba, árboles, hortalizas, etc
Para Hacer El Aspersor Casero Necesitaremos:
Una botella de dos litros.
Un cinta aislante.
Una manguera de jardín.
Cinco minutos.
4 Pasos Sencillos A Seguir Para Hacer Un Aspersor Casero:
Paso 1
– Primero cogeremos una botella de dos litros y la enjuagaremos con agua hasta que quede limpia.
Paso 2
Después de limpiar la botella, haremos los agujeros por donde saldrá el agua. Para realizar los agujeros, debemos usar un destornillador o cualquier otro utensilio con punta afilada (puedes hacer doce agujeros).
Paso 3
Una vez que tengamos los agujeros hechos, tenemos que unir uno de los extremos de la manguera con la entrada de la botella y sujetar con cinta aislante.
Paso 4
El otro lado de la manguera debe estar sujeto al grifo que es por donde sale el agua. Para evitar posibles fugas de agua, reforzaremos la sujeción del otro extremo de la manguera al grifo con más cinta aislante.
Además de ponerlo en el suelo, podemos probar a colgarlo de una rama o cualquier cosa que se nos ocurra. De este modo, el agua caerá como si de una ducha se tratara (esto a los niños les encantará). De hecho, con el mismo método se pude hacer una ducha de verano casera haciendo agujeros en la parte inferior de la botella en vez de en los lados.
Maneras Para El Riego De Las Plantas
Las plantas necesitan agua, aunque mucha menos de lo que la mayoría de la gente piensa. La cantidad de agua necesaria varía a lo largo del año, ya que no depende solo de las características propias de cada especie sino de factores climáticos y ambientales, como temperatura, humedad, viento y luminosidad, así como de la composición y profundidad del suelo.
Las plantas habituadas a un régimen más seco desarrollan un sistema radicular profundo y ramificado en busca de la humedad acumulada en las capas bajas del suelo. Las que reciben agua a diario se vuelven débiles y vulnerables. De hecho, la mayoría de las plantas ornamentales mueren antes por exceso de agua que por carecer de ella.
Al ser tantos los factores que hay que tener en cuenta, es imposible establecer reglas fijas respecto a la frecuencia y el caudal de riego. Sin embargo, hay una serie de pautas que conviene conocer porque tienen una importancia decisiva a la hora de establecer el régimen más adecuado:
- Es preferible regar pocas veces pero en profundidad.
- En invierno se debe regar por la mañana para que el agua no se hiele sobre la planta. En verano es mejor hacerlo tras la puesta de sol: la temperatura es más fresca y la evaporación menor.
- Las semillas y los ejemplares recién plantados, incluso los de especies resistentes a la sequía, necesitan humedad constante durante el primer año.
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