7 Recomendaciones para la ganadería ecológica: una necesidad impostergable
La ganadería ecológica y sustentable es hoy día una condición indispensable para todo particular o grupo de productores que pretendan dedicarse a la actividad ganadera.
El financiamiento internacional, los créditos y las asesorías fijan como premisa prioritaria que el proyecto de producción ganadera que se pretende desarrollar, tenga que ser sustentable, o sea, que pueda mantenerse en el tiempo; ecológico, lo que es lo mismo que decir que produzca el menor impacto ambiental; rentable y que tenga características sociales, o sea, que favorezca a una parte importante de la comunidad.
Daños históricos de la producción ganadera:
Por muchísimo tiempo, mientras no se tomaba en cuenta el impacto ambiental, y lo que importaba era producir carne y leche con alta tasa de producción, sin tomar en cuenta su efecto sobre el ecosistema utilizado en el sistema de producción, y en consecuencia, una producción ganadera quizás eficiente, pero responsable de un gran deterioro ambiental, que producía alimentos sin tomar en cuentas las condiciones de producción.
3 Consecuencias nocivas para el ecosistema de la producción ganadera.
Dentro de estas consecuencias históricas resaltan las siguientes:
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Una alta tasa de desforestación.
Principalmente del bosque, para establecer áreas de pastoreo, con la consecuente degradación del suelo, incrementos importantes en la erosión, desbalances notorios en el ciclo del agua y ciclo del carbono, produciendo contaminación ambiental. En consecuencia, pérdida importante de ecosistemas naturales y desequilibrio ambiental, usando la desforestación incluso a niveles superiores a la explotación maderera.
El único fin de esta desforestación era incrementar la frontera agrícola, y por razones de productividad fue mayor en el bosque que en el ecosistema sabana, donde la producción ganadera tenía mucho más sentido.
Con la tasa exponencial de crecimiento de la población humana la demanda de alimentos ha sido también exponencial a costa del deterioro ambiental que nos ha llevado a la difícil situación que hoy vive el planeta.
Conseguir modalidades de producción ganadera más ecológicas es hoy día una necesidad si no queremos ser responsables de la destrucción de la tierra.
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Incrementos notables en la producción de metano por parte de los animales rumiantes.
Al haber una explosión incontrolable del número de cabezas animales. Este gas es uno de los responsables del efecto invernadero que produce daños en la capa de ozono y calentamiento global, y se produce como consecuencia de la fermentación ruminal, expulsándose el gas hacia la atmósfera a través del eructo.
La producción de metano por parte de los rumiantes se ha incrementado y hoy día se acerca a un 15% del total generado en el globo terrestre. El resto de la producción se encuentra en las áreas pantanosas del mundo por la fermentación de la materia orgánica y por la combustión de combustibles fósiles principalmente.
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Alta contaminación ambiental a consecuencia de lo que se llamo “revolución verde”.
Gracias al uso indiscriminado de pesticidas, tales como herbicidas, insecticidas, fertilizantes químicos y otros. El uso intensivo de la maquinaria agrícola a través de la mecanización y con el consecuente consumo de combustibles fósiles son otras de las grandes causas de deterioro ambiental. Esta contaminación no es solo del suelo, también de las fuentes de agua, e incluso en algunos casos de los productos generados, como la leche.
Esta práctica de producción ha generado daños importantes al ecosistema, deterioros en la salud de los residentes locales por intoxicación con agroquímicos, afectación de las poblaciones naturales, tanto plantas como animales, y en consecuencia genera inestabilidad ecológica, económica y social.
Así, es indispensable que podamos desarrollar una ganadería ecológica, que no produzca un impacto ambiental tan grande, que sea perdurable en el tiempo y amigable con el ecosistema.
Es obligación de los ganaderos actuales aseguren el uso del ambiente para la producción ganadera sin un deterioro tan grande, para permitir su uso por las próximas generaciones, que en definitiva son nuestra propia descendencia. Internalizar el uso de una ganadería ecológica es obligación de productores, de organismos gubernamentales, de ambientalistas y de consumidores.
7 Recomendaciones para tener una ganadería ecológica
Dentro de estas recomendaciones para poder contar con una ganadería ecológica podríamos mencionar:
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Reducir la tasa de desforestación actual.
Legislando sobre las zonas de reserva que el ganadero debe respetar, tanto zonas de reserva como protección de los cursos de agua. Deben zonificarse los países para determinar en cuales áreas puede hacerse la producción.
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Realizar la explotación con prácticas de mínima labranza.
Sin una intervención tan intensa de la tierra, de los ecosistemas y de la producción ganadera. Estos sistemas de mínima labranza podrán ser menos intensivos de producción, pero mucho más ecológicos.
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Incluir en las zonas de pastoreo árboles y arbustos.
Además de proteger el suelo, suministran sombra a los animales durante el día y pueden ser una fuente importante de nutrientes para el animal a través de la hojarasca que cae al suelo, flores y frutos, bien carnosos o secos.
Estos árboles pueden ubicarse estratégicamente en el área del potrero o usarse como cercas vivas, para evitar la quema de los estantillos y contribuyendo de manera importante a la alimentación de los animales.
Dentro de estos árboles forrajeros están el mata ratón (Gliricidia sepium), bucares de diversos tipos (Eritrinas sp.), leucaena (Leucaena leucocephala), samán (Pitecelobium samanea), cují blanco (Acacia macracantha) y muchos más tanto cultivados como silvestres. Los mismos cambiaran de una región a otra y lo importante es poder seleccionarlos adecuadamente.
Experiencias muy halagadoras con este tipo de arboles se han realizado en Brasil y Costa Rica, quienes han demostrado las virtudes de su uso.
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Uso del bosque deciduo o el bosque seco tropical, como zona de pastoreo durante la época seca.
Esto permite utilizar el recurso alimenticio representado por hojas secas, frutos, flores y retoños, los cuales además son de alto valor nutricional, pudiendo llegar a tener hasta 40% de azucares en sus frutos y un nivel de proteína cruda de 15 a 30 %, muy superiores a los niveles encontrados en los pastos. Además el aporte de minerales puede ser importante.
La otra ventaja del pastoreo del bosque es que permite mantener la carga animal durante la época seca, donde los recursos alimenticios escasean y permite un uso más sustentable de la unidad de producción.
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Debe utilizarse un genotipo animal que esté realmente adaptado a la zona de producción.
No debemos utilizar en zonas tropicales animales de razas especializadas, desarrolladas en climas templados, porque su tolerancia al ambiente será poca.
En el trópico, en cuanto a la producción de carne debemos usar razas cebuinas o sus mestizos y en cuanto a la producción de leche debemos hacerlo con animales de doble propósito, en sus múltiples combinaciones, que se obtienen de animales cebú cruzados con razas europeas de Bos taurus.
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El plan alimenticio debe estar adaptado a la zona ecológica.
Utilizando recursos locales, cuidando los niveles de energía y proteína para garantizar que el animal pueda expresar su potencial genético y en definitiva respetar todos los principios y normas de la alimentación animal para asegurar una respuesta eficiente de los rebaños.
Una dieta apropiada permitirá además reducir la producción de metano y en consecuencia el riesgo de contaminación se reduce.
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Debe haber un exhaustivo control de los aspectos sanitarios para garantizar un comportamiento adecuado de los animales.
Existen muchos productos naturales que pueden ayudarnos al control de la higiene sin tener que recurrir a fármacos contaminantes.
Entre ellos podemos citar algunos desfaunantes para reducir la población de protozoarios en el rumen y elevar la población de las bacterias, que son las responsables de la fermentación ruminal, utilizando en la dieta semillas de un árbol silvestre llamado parapara (Saponaria sapindus).
Otro grupo de interés son los compuestos secundarios de muchas plantas que actúan como desparasitantes. Entre ellas están casi todas las leguminosas como la Leucaena leucochepala y algunas malezas como el algodón de seda (Calotropis procera).
En conclusión…
Así, es muy importante que los ganaderos, el Estado, los organismos financiadores y los profesionales del agro diseñemos e implementemos sistemas de producción ecológicos, que no dañe al medio ambiente ni al globo terrestre y podamos producir alimentos de una manera sustentable en el tiempo, evitando todos los problemas que hoy día colocan al planeta en una situación de alta vulnerabilidad.
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