3 Frutos Exóticos Que Puedes Cultivar ¡Dale Un Toque Exótico a Tu Jardín!
Deliciosos, Aromáticos y Muy interesantes son los Frutos Exóticos que según el diccionario de la RAE lo define como “fruto comestible de ciertas plantas cultivadas” y exótico como “extranjero, peregrino, especialmente si procede de otro país”. Así se identifican que es un fruto exótico.
Los frutos exóticos en todos los casos son frutas completamente naturales y ecológicas. Nacen por mutación en su método de cultivo, cambios en su temperatura, diferentes grados de maduración y diferentes ingestaciones entre un fruto y otro.
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Para hacer una relación del selecto grupo de éstas frutas, de las miles de variedades de frutas existentes en el mundo, solo unas 200 se consideran exóticas. A continuación te mostrare solo tres que me parecieron muy interesantes y que puedes tener en tu jardín.
3 Frutos Exóticos Que Puedes Cultivar ¡Dale Un Toque Exótico a Tu Jardín!
1. Rambután Mamón Chino
El rambután es una de las frutas que se consideran exóticas o poco conocidas. Su aspecto muy particular y agradable sabor la hace una fruta muy apreciada por las personas. Te damos algunos consejos para sembrar rambután en el jardín de tu casa. Necesitamos vasos de plástico o potes vacíos de yogurt. Sustrato para germinar, tierra fértil o algodón. Herramientas de jardinería. Semillas frescas de rambután. Composta o abono de vaca.
Si deseas sembrar un rambután a partir de las semillas, es importante que la semilla no pase de unos días pues su tiempo de vida se acortará y no siempre germinará. Cuando saques las semillas de las frutas, lávalas bien para quitarles la capa dulce que las protege, ya que de no quitársela podrían podrirse antes de comenzar a germinar.
Teniendo las semillas lavadas y algo secas, mételas en un pote de yogurt con tierra buena o sustrato para germinar. Otra opción es usar un algodón humedecido en lugar de tierra. Coloca el pote con las semillas en un lugar algo tibio. En pocas semanas comenzarán a germinar pequeños arbolitos. Cuando estos tengan más de diez centímetros, traspásalos a macetas grandes.
Para plantar en el suelo los rambutanes, haz un agujero de 80×80 centímetros, coloca en el fondo fertilizante o abono de vaca. Si el suelo está muy húmedo agrega suelo franco o arenilla antes del abono. Mete el pequeño árbol de rambután dentro con cuidado de no romper sus raíces.
Es muy importante que por lo menos durante un mes, riegues seguido el rambután. Si lo plantas en la estación seca, riégalo casi diario o diario. Si lo siembras en la estación lluviosa no será tan necesario.
Las raíces de éstos árboles se pudren con facilidad cuando el suelo está demasiado encharcado o no hay drenajes buenos, así que poner un fondo de suelo franco o arenilla es aconsejable antes de plantar el árbol.
2. Mano De Buda
La Mano de Buda, o Citrus medica digitata, es un árbol de pequeño porte que alcanza cuando mucho los cinco metros de altura. Parece ser originario de Asia (India o China, por el culto al dios del que recibe el nombre). Pertenece a la familia Rutaceae.
Su tronco y sus ramas son sinuosos y a menudo con espinas. Las hojas grandes (de entre diez y quince centímetros), ovales, con bordes ligeramente dentados o bien apenas festoneados, aspecto coriáceo y de color verde claro dan aroma a limón; y sus flores, como las de los cítricos en general, un intenso perfume de azahar.
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Estos árboles rara vez se reproducen por medios de la semilla de sus frutos, ya que se produce con muchísima facilidad por medios de esquejes tomados de ramas de unos ejemplares maduros e injertados sobre naranjos o pomelos. Aunque las frutas obtenidas de estos ejemplares serán bastante más pequeñas que las que da el árbol original.
Los frutos maduran hacia fines de otoño y principios de invierno pero desafortunadamente no se conservan en la planta tanto como sus demás parientes. La cosecha y su posterior empacado presentan dificultades por su complicada forma, se los debe lavar y acomodar a mano, lo cual demanda más tiempo.
3. Pitahaya, Pitaya O Fruta Del Dragón
El género al que pertenece la pitahaya es originario de América Central. Concretamente esta especie se corresponde con una planta perenne, de porte rastrero y abundante ramificación. Se trata de una baya con forma oval, de unos 6-doce cm de diámetro y de color rojo o amarillo. La mayoría de las especies presentan una epidermis carnosa con brácteas triangulares de aspecto ceroso. La pulpa del fruto es translúcida, conteniendo en su interior numerosas semillas negras. Concretamente, la especie Selenicereus megalanthus presenta una epidermis amarilla, tuberosa y provista de espinas.
La pitahaya prefiere climas cálidos sub húmedos. No obstante, también se desarrolla adecuadamente en climas secos. La temperatura óptima para el desarrollo de la planta oscila en torno a 16 a 25ºC, no tolerando las bajas temperaturas. Por otro lado, temperaturas superiores a los 38ºC pueden originar daños por quemaduras
Se trata de una planta que no requiere abundante agua. Se deben dar riegos de apoyo durante los dos primeros años de la plantación con el objetivo de estimular un adecuado crecimiento vegetativo. Los siguientes años, únicamente se debe regar durante la floración ya que si se riega durante la época de sequía puede provocar una disminución de la floración.
El cultivo del fruto exótico como la pitaya requiere de alta luminosidad para el desarrollo de los diferentes procesos fisiológicos. Una adecuada iluminación estimula la brotación de las yemas florales.
La exposición prolongada a radiación solar directa puede ser perjudicial para la pitaya, por lo que es conveniente que su exposición sea parcial (sombra en un 30%). Sin embargo, un exceso de sombra puede provocar la disminución de la producción.
La pitaya presenta dos tipos de raíces: 1) Las raíces primarias forman un sistema de raíces delgadas y superficiales con función de absorción y 2) las raíces secundarias o adventicias se desarrollan en la parte aérea con función de sostén.
La preparación del suelo se debe realizar al menos un mes antes de la plantación. Para ello, se debe dar una labor de subsolado para mantener el suelo aireado y con buena capacidad de drenaje. Es recomendable realizar un análisis de suelo para llevar a cabo la aportación de enmiendas y correcciones necesarias.
La plantación de pitahaya, previamente enraizada, se lleva a cabo al inicio del invierno. Por el contrario, si se realiza durante la estación seca, se debe dar un riego abundante tanto antes de la siembra y como después de la misma, así como incorporar materia orgánica (hojarasca, aserrín, etc.) para evitar altas temperaturas y reducir las pérdidas de humedad.
Son árboles de rápido crecimiento y enraizamiento, de corteza suave, resistentes a plagas y enfermedades y que no sean hospederos de plagas y enfermedades que afecten a la pitaya. Este tipo de tutor tiene la ventaja de ofrecer a la pitahaya la sombra que necesitan. De todos modos, se deben podar frecuentemente con el fin de evitar rebrotes que compitan por la luz solar. Algunas de las plantas más frecuentes son: Madero Negro (Gliricidia sepium), Helequeme (Erithrina poepigiana) y Chilamate (Ficus alobata).
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