4 Fruto Carnosos Para Sembrar, Cosechar Y Disfrutar De Su Sabor Y Riqueza

Los Frutos Carnosos, al igual que los secos, pueden derivar de un gineceo monocarpelar o pluricarpelar. Sus paredes pueden consistir del pericarpio o del pericarpio fusionado con los tejidos extracarpelares.

La parte más interna o la más externa o bien la totalidad de la pared del fruto pueden volverse carnosas por diferenciación del parénquima blando o suculento. Pueden también convertirse en carnosas otras partes además de la pared del fruto como, por ejemplo, las placentas y los tabiques de los ovarios multiloculares.

Variedad De Frutos Carnosos

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Desde un punto de vista evolutivo, los frutos carnosos se consideran relativamente más recientes que los frutos secos.  De acuerdo con este concepto, la parte carnosa fue originalmente una excrecencia de la capa interna del pericarpio, la cual penetraba entre las semillas dentro del lóculo. Luego, el pericarpio entero se convirtió en un tejido carnoso, que reserva nutrientes, y que actúa como un agente atractivo para que los animales lo consuman y dispersen las semillas que contienen.

5 Tipos de frutos carnosos.

  1. La Drupa: Fruto con una sola semilla, su exocarpio es carnoso y forma la parte aprovechable: su endocarpio está endurecido. Ejemplo: la cereza, la ciruela, la aceituna, etc.
  2. La Baya: Es una fruta con su mesocarpio y endocarpio carnosos, con varias semillas. Ejemplo: El tomate, la lechosa, la guayaba, el lulo, etc. La baya presenta dos modificaciones que son: Pepónide y Hespérido
  3. El Pepónide: Se caracteriza porque el exocarpio está formado por tejido del receptáculo de la flor y su parte carnosa la constituyen el mesocarpio y el endocarpio. Ejemplo: el pepino, el melón.
  4. El Hesperidio: es un fruto con su epicarpio delgado y rico en glándulas aceitosas (aceites esenciales). Tienen endocarpio membranoso con pelo ricos en jugos. Ejemplo: la Naranja, la toronja, el limón, la mandarina, etc.
  5. Pomo: Fruto carnoso; el exocarpio carnoso se une al tubo floral. El endocarpio es apergaminado y tanto el mesocarpio como el exocarpio son carnosos. Ejemplo: la manzana, la pera.

4 Fruto Carnosos Que Puedes Cultivar En tu Jardín

1. Las ciruelas

Un buen consejo para cultivar ciruelas es que tomes la semilla de una ciruela madura que recién hayas comido, le quites toda la pulpa con un cepillo suave o con la boca, la enjuagues y quites la pulpa restante.

Mete esta semilla de ciruela en una bolsa hermética con un poco de algodón o una toalla de papel húmeda. Esta bolsa métela en el refrigerador de uno a dos meses y riégala cada vez que notes muy seco el papel, pero no empapes la bolsa. Cuando notes que la semilla ha germinado y tiene raíces brotando de ella, es hora de que la siembres.

Siembra la semilla durante la primavera a ses centímetros bajo tierra en una maceta previamente abonada y fertilizada. Es conveniente que agregues el abono a la tierra antes de que plantes la semilla de ciruela.  Si compras el ciruelo y lo plantas en tu jardín o maceta, será más rápido y fácil cultivar el ciruelo ya que no tendrás que esperar hasta que las semillas broten.

Ciruela

Es indispensable que el ciruelo reciba luz natural de sol para poder crecer bien y dar frutos. Las macetas ponlas en un lugar donde pueda haber sol y sombra. Los ciruelos pueden crecer en lugares fríos sin morir. Lo más recomendable es que el clima sea balanceado entre calor y frío, así como humedad.

Para cultivar un ciruelo adecuadamente necesitas que le des un suelo rico y fértil donde pueda crecer. Abónalo antes de que dé frutos y después de darlos, con abono natural.  El ciruelo no requiere de un suelo muy delicado, ya que puede crecer en casi cualquier tipo de tierra, ya sea rígida o suave. Aun así siempre debes proporcionar un suelo bien drenado al ciruelo para que la humedad no pudra las raíces.

Podar el árbol de ciruelas las ayudará a cultivarse ya que como las ciruelas que están escondidas en el árbol no reciben bien luz del sol, al podarse las ramas de arriba o las ramas que les hagan más sombra podrán recibir luz las que están más pegadas al árbol. 

2. La lechosa o papaya.

El cultivo de la papaya es un árbol perenne de tamaño grande y de corta duración que posee un solo tronco, el cual puede llegar a medir hasta treinta pies de altura en la madurez. Sus hojas tienen una forma palmeada muy lobulada que pueden medir hasta más de tres pies de ancho.

Existen tres tipos diferentes de sexo del cultivo de la papaya, plantas masculinas, femeninas y bisexuales. Las plantas bisexuales y femeninas son las que pueden producir frutos.  Siendo los árboles de sexo femenino mayormente utilizados para la extracción de látex, debido a que se obtiene un fruto de gran tamaño. Por otro lado si se cultiva la papaya con fines comerciales para el consumo humano la mejor opción son las hermafroditas ya que sus frutos son de menor tamaño y mas manejables.

Dependiendo mucho del tipo de árbol, el fruto puede ser redondo u oblongo y de tamaño pequeño, mediano o grande. La pulpa del fruto por lo general es de un color amarillo, aunque también se conoce algunos tipos de color naranja y rojo.

Lechosa

El cultivo de papaya necesita de una humedad y calor apropiado para su buen desarrollo, además de requerir de una media pluviométrica de 1800 mm al año y de una temperatura media de 20 a 22 º C; pese a esto es una planta que puede resistir un frio ligero, sin embargo sin la presencia del calor suficiente puede llegar a desarrollarse mal e incluso los frutos no llegaran a madurar.

En caso de no saber el sexo de las semillas a utilizar se recomienda plantar 3 plantas dejando un espacio de 20 centímetros. Posteriormente una vez que aparecen las flores se procede a determinar el sexo de cada planta.

No es aconsejable utilizar herbicidas ya que el tronco de la paya es poco leñoso y podría ser dañado. Para retirar las malas hierbas se debe hacer de manera manual.  Puedes proteger la fruta en desarrollo de las plagas mediante la colocación de una bolsa de papel sobre ellos hasta que esta sea madura.

3. El pepino.

El cultivo ecológico del pepino, Cucumis sativus, se puede realizar directamente en el suelo del huerto pero también en macetas ubicadas en patios y balcones y en mesas de cultivo. La planta del pepino pertenece a la familia botánica de las Cucurbitáceas, igual que la sandía, el melón, el calabacín o zucchini y la calabaza o zapallo. Esta planta anual trepadora parece ser originaria de Asia. Vamos a conocer algunos datos importantes que debemos tener en cuenta a la hora de cultivar pepino en el huerto.

Se Siembra a finales de invierno en zonas templadas o a comienzo de la primavera en zonas frías y también a finales de verano es cuando se siembra el pepino. Podemos sembrar directamente en el suelo siempre y cuando la tierra tenga una temperatura aproximada de 20ºC, para facilitar la germinación de las semillas.

Alternativamente puedes preparar semilleros y posteriormente trasplantar las plántulas a su lugar definitivo una vez que éstas hayan alcanzado los 15 cm de altura.  Recuerda dejar una distancia entre semilla y semilla de unos 35 cm para que la planta tenga suficiente espacio cuando crezca. Para  cultivar los pepinos en macetas de cultivo en tu huerto urbano, la profundidad mínima que deben tener será de treinta cm.  coloca esta planta en una zona a pleno sol, porque los requerimientos de luz son altos.

Pepino

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 Esta planta requiere suelos fértiles con buen aporte en materia orgánica. Contribuye colocando humus de lombriz al cultivo una semana antes y realiza algunos riegos regulares con poca agua.  Especialmente durante las primeras etapas de la planta va a requerir riegos regulares que mantengan la tierra húmeda (húmeda, no encharcada). Cuando la planta ya es adulta los pepinos van creciendo, de nuevo deberemos asegurarnos de que la planta no pase estrés hídrico por falta de agua porque los requerimientos vuelven a aumentar en esta fase.

Cuando plantemos o cultivemos pepino nos podemos encontrar con plagas del escarabajo y de pulgón principalmente. En cuanto a enfermedades, podríamos destacar el oídio.   Puedes prevenirlas y combatirlas de forma ecológica con estos consejos. Cuando veas que el pepino tiene un tono homogéneo verde por toda la superficie, ya lo podemos degustar.

4. La mandarina.

Lo primero que debes hacer es retirar las semillas de la mandarina. Cómete la fruta y lava las pepitas con agua para retirarle los restos de pulpa que pueda tener adherido. Es recomendable que la mandarina esté más bien madura, ya que por lo general suele haber desarrollado más semillas al encontrarse al final de su ciclo de vida.

Lava las semillas de mandarina con agua y envuélvelas con papel de cocina para absorber el agua y queden secas.  En este punto nos centramos en escoger la maceta más adecuada en la que sembrar las mandarinas en casa, no obstante, también puedes optar por hacerlo en tu jardín.

Para que la planta pueda crecer y desarrollarse de forma adecuada, se recomienda que la maceta sea profunda, de unos treinta centímetros como mínimo, y con dos palmos de ancho. Asegúrate de que tiene agujeros debajo para que al agua pueda drenar y no quede estancada.

A modo de recomendación, te sugerimos que la maceta sea de plástico. ¿Por qué? Cuando llenes el recipiente de arena y cuando la planta crezca sera cada vez más pesada. Una maceta elaborada a base de barro u otro material dificultará mucho su transporte a otro lugar.Mandarina

Realiza distintos agujeros en la tierra con una separación mínima entre ellos de seis cm. Entierra cada semilla de mandarina a una profundidad de tres cm. A continuación humedece la tierra con un poco de agua para que la tierra quede ligeramente dura y la semilla permanezca e contacto con la tierra. De esta forma empezará a reblandecerse y prepararse para la germinación.

Ten en cuenta que la semilla puede tardar de tres a cuatro semanas en germinar, por lo que desde que el momento en el que vas a sembrar las semillas de mandarina en macetas deberás tener paciencia.  Debemos realizar los mismos pasos que el anterior, pero asegurándonos de que las raíces quedan bien enterradas y la tierra ejerza suficiente presión sobre la planta como para que se sostenga. Una vez plantado el injerto del árbol de mandarina, riega para endurecer la tierra.

Es necesario que el árbol de la mandarina reciba mucho sol. Por ello es recomendable que escojas un lugar en el que quede expuesto a la luz solar durante el día. Se trata de un árbol que resiste bien al frío, por lo que no temas por dejarlo en el exterior. Sin embargo, en el caso de vivir en un lugar en el que en épocas de frío puedan producirse heladas, guarda la maceta en el interior.

Vital a la hora de sembrar mandarinas en casa. Esta fruta necesita grandes cantidades de agua, por lo que cuando reguemos debemos hacerlo de forma abundante. Recuerda que debes garantizar un buen drenaje, es decir, el agua no debe quedarse estancada, sino que debe mojar la tierra y salir por los agujeros inferiores.

Especialmente durante el primer año, es importante fertilizar la tierra cada seis meses. De lo contrario es frecuente que sufran de deficiencias, principalmente de falta de magnesio y zinc.  Si al sembrar mandarinas en casa has seguido los pasos anteriores, verás cómo en unas tres o cuatro semanas la planta empieza a crecer.  La cosecha de las mandarinas suele realizarse entre marzo y agosto, ya que es el período en el que la fruta está más fresca.

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