4 Tipos De Labranza Que Ayudan A Mejorar La Tierra Para Los Cultivos
Existen diferentes Tipos De Labranza que básicamente son un conjunto de operaciones primarias y secundarias realizadas para preparar una cama de siembra, para un determinado cultivo. La acción de labrar la tierra mediante un arado es referida como arar. La palabra labrar deriva del latín laborāre, que tenía el significado genérico de trabajar.
Entre las funciones de la labranza se encuentran facilitar la circulación del agua para un riego correcto, destruir las malas hierbas, hacer menos compacta la tierra adecuándola así para la siembra agrícola, mejorar la estructura y textura del suelo, evitar el encharcamiento provocado por altas precipitaciones pluviales.
Arar la tierra varias veces, emparejando para formar superficie de plantación se da en lugares donde las condiciones climáticas no permiten preparar el suelo previamente temperaturas bajos. Naturalmente existen diferencias entre distintos tipos de suelo con respecto a la susceptibilidad a la pérdida de estructura.
Pero una estructura estable y óptima tanto para el crecimiento de las plantas como para asegurar una buena infiltración de agua, minimizando las pérdidas de suelo por erosión, se logra sólo por procesos biológicos como la formación de humus en el suelo.
También deberías leer: Los 5 Tipos De Riegos Que Harán Crecer Tus Cosechas Saludables
4 Tipos de labranza para mejorar la tierra para los cultivos
1. Labranza convencional o tradicional
Es la labranza que realiza en el suelo anterior a la siembra con maquinaria que corta e invierte total o parcialmente los primeros 15 cm de suelo. El suelo se afloja, airea y mezcla, lo que facilita el ingreso de agua, la mineralización de nutrientes, la reducción de plagas y malezas en superficie.
Pero también se reduce rápidamente la cobertura de superficie, se aceleran los procesos de degradación de la materia orgánica y aumentan los riesgos de erosión. Generalmente, la labranza convencional implica más de una operación con corte e inversión del suelo.
Ventajas de la labranza convencional:
- Prepara una cama mullida para la semilla.
- Invierte el suelo.
- Se incorporan residuos vegetales adaptable a todo tipo de suelo y clima.
Desventajas:
- Favorece la erosión del suelo, por el excesivo movimiento que puede fácilmente ser arrastrado por el agua y el aire.
- Puede causar encostramiento del suelo.
- Está sujeto a condiciones de clima y oportunidad.
- Puede dañar la estructura del suelo.
Quizás deberías leer: 5 Pasos Sencillos Para Sembrar Ajo Y Repelentes Para Tus Plantas Con Ajo
2. Labranza mínima o conservacionista
Implica el laboreo anterior a la siembra con un mínimo de pasadas de maquinaria anterior a su corte, rastrón, rastra doble, rastras de dientes, cultivador de campo. Se provoca la aireación del suelo, pero hay menor inversión y mezclado de este.
Se aceleran los procesos de mineralización de nutrientes pero a menor ritmo que en el caso anterior. Quedan más residuos vegetales en superficie y anclados en la masa del suelo; por tanto, el riesgo de erosión es menor. El objetivo principal es disminuir costos de producción y el apisonamiento del suelo al haber menos pasadas de la maquinaria.
Ventajas:
- Reducción de costos de producción del cultivo, maquinaria y equipo.
- Amplia variedad de manejo.
- Se pueden utilizar implementos convencionales.
- Se reducen las pérdidas de humedad.
Desventajas:
- Son las mismas que se mencionaron en el tipo de labranza convencional, aunque con menor intensidad.
- La textura del suelo y el clima influyen fuertemente en el éxito o fracaso de éste tipo de labranza.
3. Labranza cero o siembra directa
No se laborea el suelo sino que se siembra directamente depositando la semilla en un corte vertical de pocos centímetros que se realiza con una cuchilla circular o zapata de corte. Se realiza con una rueda compactando la semilla en el surco de siembra para permitir su contacto con el suelo húmedo.
Esta técnica exige controlar las malezas con herbicidas antes de la siembra, y también fertilizar debido a que la mineralización natural de los nutrientes del suelo se torna muy lenta. Es el mejor sistema para evitar la erosión del suelo.
Su mayor restricción radica en el uso de sustancias químicas que pueden contaminar las aguas, además en los últimos años se ha provocado una intensa compactación que trajo aparejado problemas hídricos regionales causando inundaciones.
4. Labranza en seco y en húmedo
Salir del rango óptimo de humedad para la labranza puede ser justificado en determinados casos, del punto de vista del suelo tiene los siguientes efectos: suelos arenosos la labranza en seco no tiene el efecto deseado porque la arena no tiene fuerzas cohesivas. Por ejemplo un arado no voltea sino que crea solamente un surco.
La labranza en arena demasiado húmeda no es tan peligrosa como en suelos más pesados pero también puede llevar a serios problemas de compactación. En suelos limosos se puede labrar en seco. Sin embargo esto consume más energía que la labranza en suelo húmedo.
Además puede formar polvo y por lo tanto pérdida de suelo por erosión eólica. Hay que evitar absolutamente la labranza en suelo muy húmedo por el peligro grave de compactaciones. Los suelos arcillosos son casi imposibles de labrar en seco.
Esto requiere demasiada fuerza del tractor y puede causar daños al implemento y al tractor. Además cualquier labranza en seco crea grandes terrones que después son muy difíciles de desmenuzar. La labranza en suelo demasiado húmedo causa patinaje del tractor y serias compactaciones.
Te recomendamos leer: 8 Datos Importante Para Cultivar Coliflor! Una Hortaliza Fácil De Producir!
Operaciones de la labranza
1. Volteo:
Esta operación da vuelta el suelo en el horizonte labrado, es decir incorpora las capas superficiales del suelo y lleva las capas inferiores del mismo a la superficie. La necesidad de llevar materiales de la superficie al interior del suelo y de llevar horizontes profundos a la superficie son limitadas a casos muy especiales.
El argumento de que el arado controla malezas no es válido, cuando se ara cada año, de esta forma se lleva la misma cantidad de semilla de malezas a la superficie. El uso del arado se justificó en situaciones de limitada fuerza de tracción y con equipos sencillos para la siembra, que necesitaban una superficie limpia del suelo.
2. Mezcla:
Esta operación homogeiniza y mezcla todos los materiales del suelo hasta una profundidad determinada. En algunas circunstancias puede ser justificada, por ejemplo para facilitar la descomposición de rastrojos en zonas de clima templado. La profundidad de la mezcla es generalmente limitada, alrededor de 10 cm.
3. Roturación:
Esta operación rotura suelos compactos abriendo grietas y aflojando los terrones sin moverlos. En situaciones de suelo compactado por maquinaria o de suelo con una estructura no estable, esta operación abre suficientes poros en el suelo para permitir la infiltración de agua. Sin embargo, el efecto residual de la roturación varía mucho dependiendo de las características del suelo y los tratamientos.
4. Pulverización:
Esta operación se usa para desmenuzar terrones y grumos y para formar un horizonte de gránulos finos, o sea, es la preparación de la cama de semilla. Esta operación se lleva a cabo en una capa superficial muy delgada. Por ningún motivo se justifica la pulverización de horizontes profundos, como se hace con el rotavador o la rastra de discos.
Hoy en día existe maquinaria adecuada para sembrar la mayoría de los cultivos agrícolas sin necesidad de pulverizar la cama de semilla y sólo en muy pocos casos, por ejemplo, en horticultura, se requiere todavía una preparación fina de la cama de semilla.
5. Compactación:
Esta operación es necesaria después de una labranza profunda realizada poco tiempo antes de la siembra. Se compacta el suelo para garantizar el contacto capilar con el agua subterránea. En menor escala, se compacta en el proceso de la siembra después de colocar la semilla en el suelo para asegurar el contacto de la semilla con el agua.
Para el agricultor moderno el concepto de una labranza cuidadosa dentro de una agricultura conservacionista significa tener acceso a implementos más específicos y en la mayoría de los casos necesitará más implementos.
Sólo agricultores en situaciones especiales, que cultivan un rango muy limitado de cultivos, podrán tener un parque reducido de equipos, limitándose básicamente a sembradoras, aplicadoras de fertilizantes, otros equipos específicos y cosechadoras.
Otros agricultores siempre van a necesitar algún equipo adicional de labranza, ya que el agricultor en situaciones de tiempo adverso u en otras ocasiones debería estar preparado para hacer las intervenciones necesarias.
Un agricultor que tiene acceso, por ejemplo, a un arado de disco y a una rastra de disco, puede necesitar un subsolador, un arado de cincel, un arado de vertedera y otros equipos dependiendo del tipo de suelo y clima. Sin embargo, muchos de estos equipos probablemente no los va ni siquiera a usar cada año. Esto significa que el agricultor, a primera vista, tendrá una carga más alta de inversiones en maquinaria.
Además serán necesarios otros cambios en el parque de maquinaria del agricultor. Aún cuando se aplique un sistema de labranza reducida o de labranza cero, siempre va a existir una cantidad mayor de residuos en la superficie.
Esto trae como consecuencia que la tecnología de siembra tiene que ser adaptada a las nuevas circunstancias lo que significa la compra de nuevas sembradoras de acuerdo a los distintos cultivos. Para cultivos de hileras serán además necesarias nuevas cultivadoras que permitan el control mecánico de malezas dejando los residuos en la superficie.
Los Tipos De Labranza para trabajar el suelo se fueron desarrolladas por el hombre para realizar sus siembras con el fin obtener el alimento. Las primitivas herramientas fueron construidas toscamente de madera, hueso y piedras con las que se removía un pequeño surco. De esta manera, el área que se podía trabajar y sembrar era muy limitada.